lunes, 20 de julio de 2015

Costa Rica Auténtica

Ya llevábamos varios días por el país y el final de nuestro viaje se acercaba, no habíamos hecho más que enamorarnos cada día más y más de sus paisajes, su gente, la vegetación y la fauna de un pequeño paraíso en el centro del continente americano; cuando llegamos a esta región.

6 Agosto de 2011 - R.N. Gandoca-Manzanillo - Costa Rica
Empezamos la jornada pronto, tenemos apenas unos minutos desde Puerto Viejo de Talamanca, esa pequeña Jamaica al Sur-Este del país, casi en la frontera con Panamá. Llegamos a una pequeña casa junto a la carretera, el porche de la casa hace las veces de biblioteca, es de la mujer del guía que nos iba a acompañar a esta aventura, una joven familia que define muy bien los valores de esta nación, la educación es un pilar vital para esta sociedad.
Partimos hacia el corazón de la selva y cuando todavía no habíamos prácticamente salido de la zona poblada de la reserva ya empezamos a avistar la extraordinaria fauna del lugar.
 


Carpintero Picoplata, Dos Golpes o Carpintero Chiricano (Campephilus guatemalensis) 
Canon 5D + EF 100-400L f/4.5-5.6 IS

Chiza o Ardilla (Sciurus variegatoides) 
Canon 5D + EF 100-400L f/4.5-5.6 IS

Durante esos días nos ayudamos en prácticamente todos los parques de un guía local, son los ojos de la selva, puedes pensar que ves, pero a través de sus ojos descubres, te enseñan a mirar la selva mas allá de su vegetación, a buscar toda esa fauna que se camufla a la perfección y sólo unos ojos expertos saben ver.
Este chico era distinto, tenía un algo especial que desde las primeras palabras nos cautivó, no sé si por su amor por lo que nos estaba enseñando, si por sus orígenes chamanes. La cuestión es que nos transmitió de una forma genial la conexión que tenia con el lugar, y eso nos fascinó.

Araña de seda dorada (Nephila clavipes) 
Canon 5D + EF 100-400L f/4.5-5.6 IS

Amazona de cabeza verde (Amazona farinosa virenticeps) 
Canon 5D + EF 100-400L f/4.5-5.6 IS

La reserva es fascinante, enseguida nos damos cuenta que está lejos de parecerse a las primeras que vimos días atrás, es mucho mas virgen, inexplorada; ya debimos suponerlo cuando el guía en vez de un teleobjetivo en su mano, portaba un machete, la espesura de la selva lo precisaba.
Con más peligros que el resto, o por lo menos más visible, vimos entre otros, hormigas bala (Paraponera clavada) y hormigas de fuego (Solenopsis); estas últimas las sufrió con especial cariño Silvia, que en una de las paradas que hacíamos para escuchar las explicaciones del guía le subieron por dentro del pantalón, las picadas que le propinaron la tuvieron dolorida durante más de media hora; daños colaterales de la aventura.

Pero si de algo estaba plagado esta selva era de infinidad de ranitas, de todo tipo y en todo momento camufladas, entre la hojarasca seca del lecho, o entre los húmedos helechos del suelo. 

Phyllobates lugrubris
Canon 5D + EF 100-400L f/4.5-5.6 IS

 Rana *Desconocida*
Canon 5D + EF 100-400L f/4.5-5.6 IS

Rana Flecha Roja (Oophaga pumilio) 
Canon 5D + EF 100-400L f/4.5-5.6 IS

Es fascinante como estos pequeños anfibios se mueven por toda la selva; aunque su tamaño es reducido el poder del veneno que tienen en su piel las hace ser una amenaza para cualquier depredador de la selva. 
Es extensamente conocido que esa toxina (Bratacotoxina) que las recubre era usada por las tribus de las selvas centroamericanas para cubrir sus flechas y hacer a éstas mas letales. Hoy en día se sigue usando por las últimas tribus salvajes que quedan en pequeños reductos de la selva amazónica.

Pero no son el único peligro de la selva, de hecho no deberían ni ser un peligro si conoces su "regalo" en forma de secreción; si que se convirtió en un serio peligro el ejemplar de serpiente terciopelo (Bothrops asper) que pasamos rozando con nuestras manos y que incrustado y mimetizado en la corteza de un enorme árbol pasó desapercibido para los dos; por suerte no para el guía, que tras haber pasado nosotros y tocarle a él pasar dio un paso atrás y nos hizo buscarla con sumo cuidado, es decir, obligándonos a dar un par de metros de seguridad. El escalofrío que te recorre el cuerpo cuando la ves inmóvil por donde hace segundos acabas de pasar es indescriptible, es poseedora de un veneno potentísimo que probablemente nos podría haber causado un gran disgusto.

Serpiente Terciopelo (Bothrops asper) 
Canon 5D + EF 100-400L f/4.5-5.6 IS

Pese a las hormigas de fuego, pese a haber tenido un susto con la terciopelo y haber sudado y sudado durante la caminata de forma exagerada, no nos cabe duda que se convirtió en la excursión selvática mas emocionante de las que vivimos en ese pequeño país. 

martes, 9 de junio de 2015

Por fin - El Perito Moreno


Cuando decidimos un viaje normalmente nos cuesta decidirnos, muchos destinos en la lista de futuros y pocos en la de visitados, no ayuda. Pero en este caso, las fechas mandaban, un viaje en abril era casi perfecto para poder visitar la Patagonia, un destino deseado desde hacía mucho.

10 Abril de 2012 - Glaciar Perito Moreno - Argentina
Este día tocaba el Perito Moreno, quizás la masa de hielo mas famosa del mundo; bien sea por su belleza, por su magnitud o porque tiene un acceso relativamente fácil; lo cierto es que impresiona. Su visión se hace desde probablemente uno de los más espectaculares balcones que se han construido.
Llegamos desde el Calafate en autobús, en este caso se trataba de una excursión que incluía el viaje que habíamos contratado. No nos importó, puesto que se trataba del viaje de novios y no era viaje para ir sin programar, bastantes cosas ya se habían organizado por nuestra parte los días anteriores.
Lo primero que ves cuando abandonas el parking es la inmensidad del glaciar, a duras penas lo cubres con una mirada. El cuerpo te pide acercarte más, y entras en la estructura que se ha fabricado para su observación, un seguido de pasarelas, escaleras y balcones parcialmente cubiertos para disfrutar de la vista.

Vista del Glaciar Perito Moreno desde el mirador
Canon 5D + EF 24-70L f/2.8 USM

Detalle del Glaciar Perito Moreno desde el mirador
Canon 5D + EF 24-70L f/2.8 USM

¿Qué encuadre cojo para la foto? Cuando vas a un lugar de donde has visto tantas fotos es muy difícil buscar esa foto que diga algo mas, que cuente algo que las otras fotos pasan por alto o simplemente quieres hacer algo especial. El día desde luego no acompañaba, gris, cerrado, lluvioso, con ese chirimiri que te mete el agua en los ojos. Pero la ilusión puede con todo. Nos pusimos un chubasquero y como si fuéramos los primeros que llegaron al lugar nos pusimos a fotografiar la masa de hielo tan espectacular que allí teníamos.

Detalle del Glaciar Perito Moreno
Canon 5D + EF 24-70L f/2.8 USM

Al rato de estar fotografiando el glaciar, y de poder observar algunas roturas de hielo que forman un tremendo estruendo tuvimos que dejar las fotos para refugiarnos en el restaurante que hay en el mirador, el chirimiri pasó a mas y ya empezabamos a calarnos. En breve nos venían a recoger para la segunda parte de la excursión.

Vista lateral del Glaciar desde el acceso al muelle
Canon 5D + EF 24-70L f/2.8 USM

Con la ayuda de un barco recorrimos parte del lago que se forma a los pies del glaciar, algo realmente fascinante, si antes impresionaba, ahora desde abajo se ve majestuoso, además aquí el frío y la humedad se hacen más presentes.
El barco nos llevará después de un paseo a la otra orilla, al bosque que bordea el glaciar, desde donde vamos a iniciar una caminata para llegar al propio glaciar donde vamos a realizar uno de los paseos más bonitos que se pueden hacer sobre la misma masa de hielo. Los preparativos son comunes en estas actividades, calzarse crampones sobre las botas de montaña y en algunos casos, aquí no fue necesario, hacerse con un piolet.

Detalle del material necesario para el paseo por el Glaciar
Canon 5D + EF 24-70L f/2.8 USM

La sensación de paz que te transmite un glaciar desde lo alto de su estructura es difícil de explicar, un sentimiento de pureza y de grandiosidad, la emoción de saber que el hielo que pisas lleva miles de años formando parte de ese enorme glaciar.
Poco a poco fuimos desfilando por un camino que a menudo cambia su trayectoria, ya que éste como todos los glaciares está en constante movimiento, un paisaje efímero que constantemente se va transformando para dejar paso a otras formaciones y a otras capas de hielo cada vez mas antiguas.

Tramo del camino hacia lo alto del Glaciar
Canon 5D + EF 24-70L f/2.8 USM

El paseo es breve, no es fácil andar con los crampones, un pequeño paseo se convierte en un suplicio, por poco que la emoción te empuje, las piernas y los pies se resienten de la tensión que caminar por hielo te exige. Como anécdota la pequeña sorpresa que te espera al final del paseo, un autentico whisky con hielo de glaciar, que deja la calidad del licor en segundo plano evidentemente.
Desde lo alto del glaciar se pueden fotografiar paisajes 100% de hielo, aunque el día no acompañaba no me resistí a hacer alguna foto.

Detalle de un pico del Glaciar
Canon 5D + EF 24-70L f/2.8 USM

El día se completó con un magnifico asado que pudimos disfrutar mientras la tarde dejaba paso a la noche en la bonita villa del Calafate.



jueves, 21 de mayo de 2015

Un sueño cumplido - Tiburón Ballena

16 Agosto de 2014 - Canal de Yucatán - México
El despertador suena bien temprano, nos separan 115 km desde el hotel hasta el puerto de Cancún, desde donde parten las lanchas que nos llevarán al lugar donde se alimenta el pez más grande del planeta. Apenas he podido dormir, es de esas noches en las que no paras de pensar en la experiencia que vas a vivir, una sonrisa se te dibuja en la cara sólo con pensarlo; ya hace días que no hablamos de otra cosa, prácticamente esta actividad está centrando nuestras vacaciones en Riviera Maya.

Desde pequeño los mamíferos marinos me han fascinado, hace años pude prácticamente tocar desde una pequeña embarcación ballenas jorobadas en la Bahía de Samana (Rep. Dominicana), pero esto iba a ser diferente, íbamos a nadar con tiburones ballena a escasos centímetros.

Tiburón Ballena (Rhincodon typus) alimentandose
GoPro HERO3+ Black Editión

Cuando escuchaba a los amantes de los deportes de riesgo hablar del subidón que produce la adrenalina cuando están practicando esas actividades no dejaba de sorprenderme, ¿tan adictivo será? ¿tanta energía te infiere ese momento? Bien, pues realmente esto es lo que sentí, cuando después de unas horas de furgoneta y lancha llegó el momento en que nos enfundamos las gafas, aletas y el tubo y nos tiraron en medio del mar en la trayectoria de este gigante.
Bajar al agua y ver las fauces de este impresionante animal te da un "chute" de sensaciones, de emociones y de sentimientos que hacen que la adrenalina corra por tus venas, dándote ese extra de energía que necesitas para nadar y nadar siguiendo la estela del enorme escualo.

Detalle de las branquias y aleta del Tiburón Ballena (Rhincodon typus) con sus característicos topos que son marca de identidad propia
GoPro HERO3+ Black Editión

Tras los primeros acercamientos al animal, con más prudencia que otra cosa, vas cogiendo la dinámica de sus movimientos y es increíble como se siente uno; como si de una rémora se tratara te unes a su estela acuática; parece que sea él, el que empuja tus aletas, quien te da el plus que no tienes para nadar.

Tiburón Ballena (Rhincodon typus) alimentandose
GoPro HERO3+ Black Editión

Puedes hacerte una idea de lo que has tenido a escasos centímetros cuando ojeas de nuevo las fotos y ves a tu pareja como si fuese un muñequito a su lado, pero lo curioso de la experiencia es que los momentos más temerosos se daban tras el avistamiento, cuando el escualo se marchaba y te encontrabas solo y a la deriva en medio del océano, ese sí que es un momento de reflexión, y de hacerte pensar donde estas y lo que acabas de hacer, el resto es puro sueño.

viernes, 15 de mayo de 2015

Viñales - La Cuba mas verde


10 Agosto de 2013 - Viñales - Cuba
Cuando uno se imagina Cuba, se le vienen a la cabeza las imágenes de playas paradisiacas o para los más urbanitas una Habana vieja, con el encanto que le han dado muchos años de dejadez.
Todo eso cambia cuando se llega a Viñales, de golpe se entra en un terreno verde, con abundante vegetación, bien sea en forma de selva o bien en cultivos, principalmente el tabaco, un tabaco que es mundialmente conocido.

Vista del Valle de Viñales desde el mirador
Canon 5D MkIII + Samyang 14mm f/2.8 IF ED UMC Aspherical

Hay que decir que cuba tiene regiones con extensa vegetación preciosas, al Sur y al Norte de la isla, pero esta región transfiere al viajante algo especial, la sensación de estar en otra isla, donde el turismo lejos de los grandes hoteles se basa en una convivencia mas directa con los habitantes, donde se puede sentir más la esencia del país.
Las plantaciones de tabaco son la mayor fuente de ingresos para unos campesinos que deben sufrir el día a día del campo como lo hacían nuestros abuelos, con medios motrices animales, sin prácticamente hacer uso de maquinaria agrícola, algo que hace aún más especial esta labor.

Campesino mostrando un puro que acaba de preparar en el secadero de hojas de tabaco
Canon 5D MkIII + EF 35L f/1.4 USM

Camada de cerdos (Sus scrofa domestica) descansando a la sombra del secadero 
Canon 5D MkIII + EF 35L f/1.4 USM

Algo que se echa en falta es lo poco que se promocionan excursiones a pie por la zona más densa de la selva, para entrar en contacto con la vegetación más virgen de la zona (por lo menos nosotros no fuimos capaces de encontrar dicha opción), aunque todo hay que decirlo, la orografía tampoco ayuda.

Selva de Viñales con las escarpadas montañas
Canon 5D MkIII + EF 35L f/1.4 USM

El clima tropical de la región propicia una humedad relativa altísima en el ambiente, haciendo que a ciertas horas del día el calor sea bastante insoportable. Aunque lo que para los que sufren este calor y la elevada humedad es un suplicio, para la vegetación es una bendición.

La flor de Mariposa (Hedychium coronarium) que es un símbolo nacional (como curiosidad es originaria de Asia)
Canon 5D MkIII + Samyang 14mm f/2.8 IF ED UMC Aspherical

Pero como en toda Cuba, la cultura está presente de muchas formas; aquí quizás en una forma algo estrambótica y sorprendente, el Mural de la Prehistoria, donde durante 5 años el artista cubano Leovigildo Gonzalez Murillo quiso plasmar en más de 120 metros de roca el proceso evolutivo de hombres, mamíferos y moluscos, con colores y formas muy llamativas; y que de alguna forma atrae la atención de los turistas que por allí se dejan caer. 

El Mural de la Prehistoria del artista cubano Leovigildo Gonzalez Murillo
Canon 5D MkIII + Samyang 14mm f/2.8 IF ED UMC Aspherical

Cabe destacar también el entramado de cuevas que tiene la región, cargadas de historia, ya que fueron refugio de los antiguos pobladores de la zona, y que encontraban en estas construcciones geológicas una manera de huir de su forma de vida. A día de hoy forman parte de los atractivos turísticos que se pueden visitar.

Salida fluvial de la Cueva del Indio, con más de 300 metros de extensión
Canon 5D MkIII + Samyang 14mm f/2.8 IF ED UMC Aspherical

De cualquier forma, esta región del país nos enamoró, fueron pocos los días que allí pasamos, pero nos quedó claro que eran pocos para lo que nos hubiera gustado pasar. Una excursión a Cayo Levisa, que en otra entrada contaré, completó los días en esa zona de la isla.





domingo, 26 de abril de 2015

Un sueño cumplido - Guepardo

Quiero empezar mi andadura en el blog con una foto muy especial para mí, ya que se trata de una cría de Guepardo. Algo que supuso para mí cumplir un sueño de juventud.
Como esta cría en pleno periplo hacia la madurez, empieza mi andadura en lo que espero sea un largo camino para exponer vivencias y lugares que me han marcado estos últimos años.

Cría de Guepardo (Acinonyx jubatus) esperando a su madre rezagada
Canon 5D MkIII + EF 100-400L f/4.5-5.6 IS

16 Agosto de 2012 - Reserva Nacional Masái Mara - Kenia
Nos levantamos bien pronto, las primeras luces del día son clave para poder obtener buenas fotografías, e intentar captar las últimas horas de actividad de los depredadores.
No habíamos salido del lodge y ya se nos cruzaban en el camino búfalos, jirafas y los incontables ñus que pueblan el Masái como si de brotes de hierba se tratase.

Aunque todos los mamíferos tienen su encanto y despiertan su interés, cuando se viaja de Safari al centro de Africa lo que se espera ver son sus grandes felinos. El problema es que las horas en las que te dedicas a recorrer la sabana con el coche, éstos están descansando y reposando de las cacerías nocturnas, que salvo permiso especial son imposibles de registrar.

Joven León macho (Panthera leo) descansando entre arbustos
Canon 5D MkIII + EF 100-400L f/4.5-5.6 IS

El día transcurre en el 4x4, de un lado a otro, siguiendo puntos de interés en la sabana, posibles avistamientos que el resto de coches delatan; no es fácil plantarse delante de un guepardo o un leopardo sin tener al lado 10 o 12 coches más, es una locura que los animales se han acostumbrado a asumir; que otra opción les queda.
De todos modos la reserva tiene una extensa variedad de mamíferos y dentro del grupo de los carnívoros no solo los felinos tienen la exclusiva. Los esquivos chacales son una muestra.

Chacal de lomo negro (Canis mesomelas) alertado por nuestra presencia
Canon 5D MkIII + EF 100-400L f/4.5-5.6 IS

Para los que siempre hemos soñado con pisar estas tierras pasar un día fotografiando estos animales se convierte en un éxtasis continuo entre los animales, la cámara y tu mismo, son cientos las fotos que esa mañana saqué de todo tipo de animales. Todos ellos compartiendo una constante, intentar pasar desapercibidos o bien para sus depredadores o bien para sus presas, algo que resalta en los camuflajes de cada uno de ellos.

Carraca lila (Coracias caudatus) rebuscando insectos en una montaña de lodo y excrementos
Canon 5D MkIII + EF 100-400L f/4.5-5.6 IS

Aunque siempre existe la excepción, en este caso esta preciosa Carraca lila lo es, dando un toque de color a la sabana, que en esta época ya ha pintado a amarillos y ocres.
El día se completó con la visita a un poblado Masái, algo que espero detallar en otra entrada, más adelante.