16 Agosto de 2014 - Canal de Yucatán - México
El despertador suena bien temprano, nos separan 115 km desde el hotel hasta el puerto de Cancún, desde donde parten las lanchas que nos llevarán al lugar donde se alimenta el pez más grande del planeta. Apenas he podido dormir, es de esas noches en las que no paras de pensar en la experiencia que vas a vivir, una sonrisa se te dibuja en la cara sólo con pensarlo; ya hace días que no hablamos de otra cosa, prácticamente esta actividad está centrando nuestras vacaciones en Riviera Maya.
Desde pequeño los mamíferos marinos me han fascinado, hace años pude prácticamente tocar desde una pequeña embarcación ballenas jorobadas en la Bahía de Samana (Rep. Dominicana), pero esto iba a ser diferente, íbamos a nadar con tiburones ballena a escasos centímetros.
Desde pequeño los mamíferos marinos me han fascinado, hace años pude prácticamente tocar desde una pequeña embarcación ballenas jorobadas en la Bahía de Samana (Rep. Dominicana), pero esto iba a ser diferente, íbamos a nadar con tiburones ballena a escasos centímetros.
Tiburón Ballena (Rhincodon typus) alimentandose
GoPro HERO3+ Black Editión
Cuando escuchaba a los amantes de los deportes de riesgo hablar del subidón que produce la adrenalina cuando están practicando esas actividades no dejaba de sorprenderme, ¿tan adictivo será? ¿tanta energía te infiere ese momento? Bien, pues realmente esto es lo que sentí, cuando después de unas horas de furgoneta y lancha llegó el momento en que nos enfundamos las gafas, aletas y el tubo y nos tiraron en medio del mar en la trayectoria de este gigante.
Bajar al agua y ver las fauces de este impresionante animal te da un "chute" de sensaciones, de emociones y de sentimientos que hacen que la adrenalina corra por tus venas, dándote ese extra de energía que necesitas para nadar y nadar siguiendo la estela del enorme escualo.
Detalle de las branquias y aleta del Tiburón Ballena (Rhincodon typus) con sus característicos topos que son marca de identidad propia
GoPro HERO3+ Black Editión
Tras los primeros acercamientos al animal, con más prudencia que otra cosa, vas cogiendo la dinámica de sus movimientos y es increíble como se siente uno; como si de una rémora se tratara te unes a su estela acuática; parece que sea él, el que empuja tus aletas, quien te da el plus que no tienes para nadar.
Tiburón Ballena (Rhincodon typus) alimentandose
GoPro HERO3+ Black Editión
Puedes hacerte una idea de lo que has tenido a escasos centímetros cuando ojeas de nuevo las fotos y ves a tu pareja como si fuese un muñequito a su lado, pero lo curioso de la experiencia es que los momentos más temerosos se daban tras el avistamiento, cuando el escualo se marchaba y te encontrabas solo y a la deriva en medio del océano, ese sí que es un momento de reflexión, y de hacerte pensar donde estas y lo que acabas de hacer, el resto es puro sueño.